La tecnología haría posible que trabajásemos 15 o 20 horas a la semana; sin embargo, millones de personas permanecen atrapadas en jornadas infinitas desempeñando tareas inútiles. ¿Por qué? Lo explica el profesor de la London School of Economics, antropólogo y activista estadounidense David Graeber en su último libro publicado en vida: Trabajos de mierda.