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30 agosto 2021

Anarquía, anarquistas y anarquismos

ANARQUISMO ACRATA

Distingo perfectamente entre radicalidad y extremismo. El extremismo se mueve en una línea horizontal de superficie, mientras que la radicalidad se desplaza en una línea vertical de profundidad. La radicalidad es arraigo, pertenencia, templanza y parsimonia. El extremismo es desarraigo, ajenidad, imprudencia e impaciencia. Muchos partidarios de la anarquía oponemos la radicalidad de un huerto urbano o escolar al extremismo de la bomba, por ejemplo. Y sabemos que los vociferantes extremistas del pasado son los conservadores de hoy. Mi anarquía es radical y no extremista.

Distingamos también entre anarquía, anarquistas y anarquismos. La primera es la imaginación utópica de un orden social futuro, pero con capacidad de organizar las conductas presentes. Es la legítima imaginación y pre-figuración de órdenes de realidad social distintos al actual. Los contenidos de la imagen anárquica actual se rebelan contra la contra imagen de una biosfera herida y menguada por el productivismo depredador.

Los anarquistas son los sujetos concretos que de manera colectiva o individual han abrazado el ideal anárquico. En general, los anarquistas tienden a ser buena gente, pero los ha habido y los hay de todo tipo: comunitaristas, individualistas, cristianos, ateos, agnósticos, occidentales, orientales (¿sabía Ud. que hubo y hay anarquistas chinos y japoneses?), pacifistas, beligerantes, razonables, imprudentes, dialogantes, sectarios, dogmáticos, adorables, deleznables, insoportables, en fin… como la vida misma. Lo mismo sucede, por cierto, con feministas, ecologistas, marxistas, etcétera, ya que de todo hay en la viña del señor.

ANARQUISMO ACRATA

El anarquismo incluye las diferentes ideologías y movimientos que han reunido a sujetos tras el ideal anárquico. Alcanzaron su máxima expansión a finales del siglo XIX y principios del XX. Tiene su última gran derrota en la guerra civil española en 1939.  Durante las décadas ha tenido momentos de auge y declive, pero ha influido desde siempre en diferentes movimientos contestatarios (Mayo del 68, movimiento antiglobalización, primaveras árabes y europeas, revueltas latinoamericanas y otras), no a través de la etiqueta anarquista explícita sino a través de los mecanismos horizontales y asamblearios de la democracia directa, la rotación de cargos, la igualdad de género, el reconocimiento de las minorías y muchos otros elementos que han sido parte de las señas de identidad históricas del anarquismo. Y, aunque requiere de profundas revisiones para dejar sus aspectos anacrónicos, que los tiene, frente a las costras de la quietud, el anarquismo toma las formas del agua, inventa su curso frente a los obstáculos, se moviliza y embiste contra las manifestaciones de la dominación (…)  con la solidaridad, la autonomía, con la libertad como divisa, contra el autoritarismo… (Varina Escales).

Mi imagen de la anarquía, en las actuales circunstancias de rebelión frente al colapso y la extinción civilizatoria en ciernes (acompañada con la profundización de las formas de control y disciplina tecnológicas), es de una sociedad con una organización social austera, autónoma, eficaz y eficiente ecológicamente, saludable psicológicamente, des-jerarquizada y participativa cultural y políticamente. Una sociedad basada en un poder comunitario distribuido y horizontal, creativo y potente. Una sociedad posible pero improbable. Como todas.

Adolfo Estrella (El desconcierto)

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