La desintegración y la completa bancarrota del mundo del Estado y el capitalismo constituyen un límite para la era de su integración global y, al mismo tiempo, la causa de la intensificación de las contradicciones intraimperialistas y el consiguiente aumento de la amenaza de guerra.
El sistema capitalista de Estado conlleva sus propias contradicciones: la competencia entre los estamentos burgueses por la mejor posición en el tablero para el saqueo y la distribución de valiosos y limitados recursos naturales, y la expansión de su "esfera de influencia", es lo que hace sonar una y otra vez las sirenas de la guerra. Porque mientras las sociedades estén atadas por el llamado "interés nacional", el lucro privado y la acumulación capitalista, la guerra será la única salida para los imperios en conflicto.
Sin embargo, esta legalidad capitalista no significa en absoluto que el sistema de opresión se encamine hacia su propia aniquilación, a través de sus callejones sin salida y contradicciones, si los propios pueblos no reclaman tomar las riendas de su destino.
Fuente: Organización Política Anarquista – Federación de Colectivos
