Los asesinatos en contra de activistas y defensores de derechos humanos en 2020 no tuvieron precedentes. El informe Análisis Global de Front Line Defenders, una organización dedicada a la promoción de derechos de activistas, documentó 331 homicidios en todo el mundo.
Activistas ambientales son quienes corren más riesgo y América Latina es donde ocurren la mayoría de los casos. Además de ser el epicentro de los mayores casos de COVID-19 en 2020, el sur del continente americano es la región más peligrosa para aquellas personas que quieren defender los derechos de todos y todas.
Un mundo hostil para los derechos
El reporte de Front Line Defenders detalla la gravedad de las agresiones físicas, campañas de difamación, amenazas y asesinatos en contra de activistas y personas defensoras de derechos humanos.
Tan solo en el continente americano, la organización recopiló los casos de 284 personas asesinadas. Esto equivale al 86% de todos los homicidios en contra de activistas en el mundo. Al respecto, hablamos con Humberto Guerrero, coordinador de Derechos Humanos de Fundar, una asociación civil enfocada en mejorar la relación entre la sociedad y el gobierno.
“Los asesinatos de activistas y personas defensoras de derechos humanos nos dicen que hay una serie de intereses y factores de poder de distinta índole (político, económico y criminal) que se oponen a que se respeten los derechos humanos. ¿Por qué? porque en general estos factores usan su poder para sus intereses particulares o para obtener algún beneficio y, por lo tanto, buscan eliminar los obstáculos para sus actividades”, nos contó Guerrero.
Los tres sectores más afectados de la defensa de los derechos humanos en cuanto a ataques no letales fueron: el medio ambiente (21%), derechos LGBT+ (14%) y derechos de las mujeres (11%).
Las agresiones sucedieron en un contexto distinto al de otros años: la pandemia por el nuevo coronavirus. Los y las defensoras asumieron roles de liderazgo adicionales a los que ya tenían, pues fueron quienes entregaban comida o equipos de saneamiento personal cuando los gobiernos no lo hacían.
El aspecto que más remarca el documento de Front Line Defenders es que, aunque se hayan implementado medidas de confinamiento, el número de asesinatos documentados no tuvo precedentes.
En el continente americano, además de los asesinatos, los ataques más frecuentes contra estas personas fueron las agresiones físicas, arrestos injustificados y acoso. Los más afectados fueron los y las activistas defensoras del medio ambiente.La defensa del medio ambiente es la causa más peligrosa
De acuerdo con Front Line Defenders, el 40% de los asesinatos fueron hacia activistas del medio ambiente. Global Witness, una organización que promueve políticas para promover el cuidado del medio ambiente, tiene datos diferentes, aunque no menos graves.
En su informe sobre asesinatos de 2020, la organización contabilizó 227 ataques letales. ¿Por qué los datos difieren con el informe de Front Line Defenders?
Ambos estudios no tienen una respuesta específica a ello, pero señalan que los datos son especialmente complicados de obtener porque, por una parte, son el resultado de un esfuerzo de diferentes organizaciones y, por otro, hay casos que ni siquiera se registran.
Más allá de las discrepancias, ambos colectivos coinciden en que las personas defensoras del medio ambiente son las más vulnerables y que Colombia, México y Filipinas son de los países más peligrosos en los que pueden vivir. Al igual que los asesinatos de activistas de todos los ámbitos, los homicidios de los medioambientalistas no tuvieron precedentes y más de la mitad sucedieron en estos tres países.
Los números revelan una situación: la mayor parte de los asesinatos ocurren en el sur global y, particularmente, en América Latina. De hecho, de los 227 casos, 226 tomaron lugar en el sur del planeta y, de ellos, 165 en el centro y sur del continente americano.
¿Por qué asesinaron más a estas personas? Humberto Guerrero de Fundar, nos explicó que “lo que está detrás de los asesinatos de ambientalistas suele ser la disputa por la tierra y el territorio. Hay proyectos extractivos como la minería que afectan el medio ambiente y a las comunidades que lo defienden”.
En México, los 30 ataques documentados por Global Witness representan un aumento del 67% con respecto a 2019. La explotación forestal estuvo vinculada a casi un tercio de los ataques. Además, como aquí lo explicamos, el 90% de todos los asesinatos no enfrentan ningún tipo de consecuencia legal.
En lo que va de 2021, ha habido un registro de 72 asesinatos en contra de activistas de todos los ámbitos. “Es muy grave que haya asesinatos de activistas y defensores de derechos humanos porque es el atentado más abierto en contra de la democracia”, nos dijo Humberto Guerrero. “El activismo es un componente fundamental para asegurar la vigencia y la garantía de los derechos humanos”.
Exigir que haya una protección a estas personas no es un asunto menor, son la primera y última línea de defensa de las libertades que toda la ciudadanía tiene.
Fuente: René Galicia (Cuestione)
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