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18 julio 2022

Monarquía y capitalismo, la lacra del Estado español

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Fue el 1 de abril de 1939 cuando se consumó el golpe de Estado iniciado el 18 de julio de 1936. Y de aquellos polvos estos lodos. Lo que hoy padecemos en este engendro que llamamos España no es otra cosa que la consecuencia de una interrupción, brutal y sangrienta, de un sueño que comenzaba a hacerse realidad, de una República legalmente constituida por el mandato popular expresado en las urnas.

Esto último se lo deberíamos recordar todos los días a los defensores del régimen del 78, o, lo que es lo mismo, de 1939 en su versión adaptada a los tiempos actuales. Tan “demócratas”, ellos, tan, “defensores” de los derechos humanos, gobiernan (unos y otros) sobre los escombros de la mencionada usurpación que tantas muertes ocasionó y tanto sufrimiento. Nada de lo que ahora sucede es ajeno a aquel atropello.

Como sabemos, Franco dejó todo atado y bien atado antes morir en la cama. Y la soga que utilizó (esa misma que ahora nos oprime peligrosamente el cuello) no fue otra que su heredero más directo: el rey Juan Carlos I. Este, como sabemos también, pasó a ser el jefe del Estado sin que nadie le hubiera elegido.

Forzado por las circunstancias, el sustituto del dictador pasó el relevo a Felipe VI. Por supuesto, otra vez se obvió al pueblo. El único “mérito” que posee este individuo es que es hijo de su padre. Valor democrático nada de nada. Por otra parte, Felipe VI también tuvo la ventaja de que, al no tener hermanos, no se vio en la necesidad de apretar accidentalmente el gatillo de ninguna pistola con su dedo inquisidor.

Resumiendo, vivimos anclados en una monarquía que perpetúa al franquismo. Del PP y los demás partidos de derechas que no llevan careta no hace falta decir nada. El PSOE, si de socialista y obrero no tiene nada, está claro que de republicano tampoco. En cuanto a sus socios en el Gobierno “más progresista de la historia de la humanidad” se refiere, ¿qué decir? Para IU y Podemos nunca es el momento de exigir y luchar decididamente por la supresión de la monarquía que de paso a una República. Su única actitud a ese respecto se limita a llevar muy de vez en cuando un pin con la bandera republicana en la solapa de una chaqueta que ya no es de obrero.

Fuente: Insurgente

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