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20 agosto 2024

Declaración internacionalista sobre el capitalismo y la guerra

anarquismo acrata

A principios de junio, el último día del congreso contra la guerra en Praga, acordamos la necesidad de una breve declaración sobre el capitalismo y la guerra que exprese nuestras posiciones comunes y pueda servir de base para una mayor interconexión y acción común.

1. En nuestros días, todas las guerras son guerras capitalistas. Aunque las circunstancias específicas en las que estallan pueden ser muy diferentes, todas tienen su raíz en el sistema capitalista, que se basa en la competencia y la explotación.

2. Si bien el imperialismo ha sido una característica constante del capitalismo desde sus inicios, la crisis sistémica que enfrenta el capitalismo hoy y la inestabilidad que genera empujan la competencia económica al conflicto militar y crean oportunidades para que éste se produzca. Esta crisis no hará más que profundizarse, por lo que es inevitable que la existencia continuada del capitalismo implique la perspectiva de que se generalicen las guerras.

3. La clase obrera, la inmensa mayoría de la humanidad, no tiene nada que ganar y todo que perder en la guerra. Siempre es su principal víctima. La defensa nacional y la liberación nacional significan luchar y morir por los intereses de una facción de la clase capitalista contra otra. Significa matar (y ser asesinado por) otros miembros de la clase obrera por el poder y el beneficio de la clase que nos explota y oprime.

4. Rechazamos tanto el nacionalismo como la democracia, que son las principales herramientas ideológicas mediante las cuales la clase capitalista crea la ilusión de que sus intereses y los de la clase trabajadora dentro de sus fronteras son los mismos, y mediante las cuales se moviliza para la guerra y justifica la militarización de la sociedad.

5. No existen soluciones independientes para las numerosas amenazas existenciales que enfrenta la humanidad. Un capitalismo pacífico, un capitalismo verde, un capitalismo socialmente justo son sólo quimeras para ocultar el creciente horror que es real. La guerra, la limpieza étnica, el genocidio, el ecocidio, los desastres climáticos, las pandemias, la pobreza, la inseguridad, la migración forzada, la falta de vivienda, el estrés y el colapso mental seguirán empeorando, junto con la crisis del capitalismo que los causa a todos. Por lo tanto, sólo hay una solución para todos ellos: cerrar el capítulo capitalista de la historia humana.  

6. No somos pacifistas. No pedimos negociaciones ni intervenciones de la ONU, ni resoluciones parlamentarias, ni desinversiones, etc. No apelamos a la clase dominante para que actúe “razonablemente”, porque entendemos que no puede hacerlo. En cambio, contamos con una resistencia autónoma y de clase al capitalismo. La clase obrera mundial es la única fuerza social capaz de acabar con el capitalismo y establecer una comunidad humana basada en la satisfacción de las necesidades en lugar de la compulsión por obtener ganancias.

7. Pero todavía le queda mucho camino por recorrer. Su lucha no puede ser meramente económica, sino que tiene que ser también política y enfrentarse al Estado. Tiene que negarse a someterse a la tendencia bélica del capitalismo. Apoyamos a los proletarios de ambos bandos de cualquier guerra que se nieguen a luchar, que deserten, que fraternicen en lugar de matarse. Apoyamos el sabotaje a la maquinaria de guerra y la resistencia colectiva contra el reclutamiento, la movilización y la militarización de la sociedad.

8. Pero el oxígeno del que depende la máquina de guerra es la explotación del proletariado, la extracción de plusvalía. Sin ella, quedaría paralizada. Por eso, no se puede detener la guerra sin acabar con la explotación. Además, para dejar espacio a los esfuerzos bélicos, la clase dominante tiene que atacar el salario social, imponer la austeridad. Al luchar contra ella, los trabajadores luchan contra la guerra, conscientemente o no. Cuanto más autónomamente lleven a cabo esta lucha, sin ninguna colaboración con la clase capitalista y su Estado, más podrá ésta convertirse en una lucha contra la explotación, en una revolución que ponga fin al capitalismo, a sus guerras y a su miserable "paz".

Fuente: Red AnarCom (Comunistas anarquistas revolucionarios)

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