El 20 de enero de 1921 el gobernador civil de Barcelona Severiano Martínez Anido, ordena la primera "ley de fugas" siendo asesinados por la policía tres anarcosindicalistas valencianos (un cuarto anarquista resultó herido grave).
Hacia las 3 h. de la madrugada del 20 de enero de 1921, Martínez Anido (gobernador civil de Barcelona) y el jefe de policía de Barcelona, el general Miguel Arlegui, ordenan que cuatro anarcosindicalistas valencianos sean asesinados aplicándoles la ley de fugas. Cuando los cuatro anarcosindicalistas detenidos, Villanueva, Gomar, Peris y Parra, eran trasladados a pie relacionados con una cuerda hacia la cárcel Modelo de Barcelona, a la altura de la calle Calabria los tirotearon a sangre fría. La policía informó que mientras trasladaban los detenidos, otros individuos dispararon contra la policía para liberarlos, momento en que estos intentaron huir y fueron tiroteados por la policía. Aquella fue la primera ley de fugas ordenada por Martínez Anido que acabó con muertos.
Juan Villanueva y Juli Peris murieron al instante, mientras Antoni Parra, que estaba herido, se hizo el muerto para que no lo remataran, según declaró él mismo posteriormente. Ramon Gomar, estaba gravemente herido y agonizante sin ninguna posibilidad de recuperarse. La policía trasladó a Juan Villanueva, Julio Peris y Antoni Parra, este último al que creían muerto, al depósito de cadáveres del Hospital Clínico, mientras Ramon Gomar moría poco después de entrar en el hospital. Antoni Parra, al que creían muerto, se mostró vivo a los servicios sanitarios del Clínico, pudiendo así salvar la vida. Poco después Antoni Parra pudo explicar los hechos producidos durante la aplicación de la ley de fugas que había costado la vida a los otros tres anarcosindicalistas valencianos contradiciendo la versión policial, causando una gran conmoción social.
Breve historia del "paseo" (Ley de fugas)
El futuro dictador Miguel Primo de Rivera justificaba este terrorismo de Estado en una carta de 1920 al entonces presidente del gobierno español Eduardo Dato: "Comprendo que el instinto de defensa busque medios extralegales... Una redada, un traslado, un intento de fuga y unos tiros comenzarán a resolver el problema."
Muchos intelectuales y escritores atacaron esta inhumana disposición, como por ejemplo Ramón María del Valle-Inclán en un par de escenas añadidas a la segunda edición (1924) de su esperpento "Luces de Bohemia", a través del personaje del anarquista catalán Mateo, preso ejecutado de esta forma.
Durante la Guerra Civil española (1936-1939), a este procedimiento se le llamó también por eufemismo "dar el paseo", ya que se le indicaba al preso que se le permitía "pasear" antes de dispararle, por lo que los presos, que empezaron a conocer esta añagaza, se negaban a pasear y desde entonces se les disparaba por la espalda, sin más. Para dar al asesinato político una apariencia legal, el procedimiento habitual era la falsificación de una denuncia de desafección al bando que fuera, que se lograba muchas veces a la fuerza, mediante torturas o chantaje a otro detenido; con ese pretexto, se encarcelaba y ejecutaba, mediante el "paseo", a la víctima. El procedimiento se menciona en algunas obras, por ejemplo, en la novela histórica "Inés y la alegría", de Almudena Grandes (2010), o en la película "La sombra de la ley", de Dani de la Torre (2018).
La ley de fugas se siguió empleando durante la dictadura de Francisco Franco, particularmente durante la represión de la guerrilla republicana de los maquis. Más ampliamente, se utilizaba contra aquellos que mantenían posturas ideológicas diferentes al nacionalcatolicismo y no podían ser condenados a muerte por la vía judicial.
Fuente: Portal de información Libertad / Wikupedia
Habláis de Barcelona, pero en Valencia murieron otros muchos, en concreto, mi bisabuelo, en las mismas fechas: Alfredo Sasera Lecha. Era secretario de un sindicato de carpinteros y de ideología anarquista.
ResponderEliminarGracias por el apunte, así es, y no solo en Barcelona y Valencia, en otros lugares que incluso, a fecha de hoy, desconocemos.
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