El 8 de diciembre de 1933 se desencadena en diversos lugares de España un movimiento insurreccional dirigido por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) que se había ido preparando semanas antes. Entre el 30 de octubre y el 3 de noviembre de 1933 un Pleno Nacional de la CNT, en Madrid, decide la abstención electoral para las elecciones del 19 de noviembre y lanza una campaña de propaganda basada en el eslogan: "Frente de las urnas, Revolución Social".
La campaña encontró eco en gran parte del proletariado de manera que el porcentaje de abstenciones todo el Estado es del 32,50%; y este porcentaje de abstención sube a las zonas de fuerte implantación cenetista: en Barcelona llega al 40% y en Andalucía pasa del 45%. La abstención anarquista provocó, en gran parte, en triunfo de las derechas, pero la CNT no estaba dispuesta a entregar el poder a las fuerzas reaccionarias.
El 26 de noviembre se había realizado un segundo Pleno Nacional, en Zaragoza, que nombró provisionalmente un Comité Nacional Revolucionario, compuesto por los hermanos Alcrudo, Joaquín Ascaso, Antonio Ejarque, Felipe Orquín, Cipriano Mera, Buenaventura Durruti, Rafael García Chacón, Rafael Casado, Joaquín Aspas, y en representación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), el doctor Isaac Puente.
El 08 de diciembre de 1933, fecha de apertura de las Cortes españolas y después de haberse proclamado el Estado de guerra en todo el territorio cinco días antes, se puso en marcha el Comité Nacional Revolucionario, dando lugar a un movimiento insurreccional en cadena, que comenzó a Zaragoza y que alcanzó extraordinaria virulencia en la cuenca del Ebro -Aragón y la Rioja (Alfaro, Calahorra, Arnedo, Haro, Préjano, Santo Domingo, Viguera, Logroño, Ábalos, Briones, Cenicero, Fuenmayor, Labastida, San Asensio, San Vicente de la Sonsierra, Valderroblos, Mas de las Matas, Beceite, etc.)-, donde se quemaron los archivos oficiales, se asaltan los ayuntamientos y se instauró el comunismo libertario, Además, estallaron motines en varias ciudades de la Península (Barcelona, Hospitalet, Alicante, Huesca, Sevilla, Granada, Almería, Málaga, etc.).
Pronto el levantamiento fue duramente reprimido con un balance de 87 muertos, cientos de heridos y miles de detenidos, de los que 700 trabajadores fueron condenados a largos años de presidio -los miembros del Comité Revolucionario, que habían sido detenidos el 16 de diciembre con tres mujeres (Francisca Santos, Dolores Lerín y María Castañera) que había en el piso, debieron ser absueltos, ya que un grupo de enmascarados armados robaron los expedientes haciendo desaparecer las pruebas inculpatorias. Los periódicos CNT y Solidaridad Obrera fueron suspendidos.
Fuente: Estel negre
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